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Chi Kung

El Chi Kung es una antigua práctica China de bienestar que puede ser literalmente traducida como “cultivando energía”. El Chi Kung combina posturas, trabajo respiratorio y enfoque mental para mantener la salud y mejorar la vitalidad, al mismo tiempo que cura, tranquiliza y revitaliza. Sus ejercicios integrados afectan positivamente a la energía (Chi) de nuestro cuerpo. El Chi existe en todo y puede ser resumido como un compuesto integral de cualquier material que pueda ser absorbido a través de la nutrición y de la respiración. El Chi Kung incluye ejercicios de concentración, varias posturas y ejercicios de meditación, que contribuyen a mejorar, circular, guardar o crear el Chi para, en última instancia, reforzar, limpiar, curar y equilibrar el cuerpo. Los bloqueos del cuerpo y de la mente se pueden aliviar a través de un flujo energético más harmonioso.

El origen del Chi Kung se asocia al antiguo imperador chino Huang Di que habría practicado varios ejercicios respiratorios y alquimia interior. La práctica del Chi Kung llegó a estar prohibida durante la Revolución Cultural China, pero fue recuperada en los años setenta. Actualmente, el Chi Kung es bastante popular en la China y es incluso considerado como una forma de Medicina Tradicional China. El Chi Kung activa la capacidad de auto-cura y alivia el estrés. La Medicina Tradicional China defiende que las enfermedades aparecen como consecuencia del desequilibrio de las energías Yin e Yang de nuestro cuerpo. El Chi Kung armoniza dichas energías.

Existen dos tipos de artes marciales: el Chi Kung interno y el externo. Cuando se practican estos ejercicios, es muy importante la concentración en la postura, en la contención y en la precisión, para poder alcanzar determinados puntos de energía en el cuerpo (a través de los llamados canales meridianos). Los ejercicios están relacionados con cada uno de estos canales energéticos y enlazados a determinados órganos u objetivos. Los ejercicios más suaves se expresan a través del cambio de elementos en la respiración, visualización y movimiento. Nos gustaría ahora presentarle ya de seguida algunos de estos ejercicios.

En el primer ejercicio de relajación mental, deje bajar el Chi. Permanezca con los pies paralelos y abiertos a la anchura de los hombros. Sus brazos deben quedarse sueltos y caídos a lo largo del cuerpo y las palmas de las manos giradas hacia fuera. Concéntrese ahora en su cóccix e imagine que algo que estira su espalda cada vez más, le está tirando hacia abajo. Mantenga su cabeza relajada pero erecta y piense en el tope de su cabeza como el punto más alto del cuerpo, imaginando que un lazo lo está tirando hacia arriba. Quede atento a los cambios en su postura y en la columna mientras viaja a través de su imaginación. Preste atención al interior de su cuerpo, identificando áreas de mayor bloqueo o con más dolor, de manera a poder desbloquearlas y aliviar.

El segundo ejercicio es una práctica respiratoria circular. Observe su respiración e inspire desde el estómago – el centro del poder y de la energía de nuestro cuerpo. Siga con la respiración relajante y fíjese en el modo como la energía fluye desde el centro del cuerpo a lo largo de la columna (hacia abajo cuando inspira y hacia arriba cuando expira). Imagine su respiración como un ciclo sin quiebras durante la inspiración y la expiración. Si siente algún bloqueo en su cuerpo, intente focalizar la respiración en ese mismo punto y liberarlo con la ayuda de su imaginación.

Para el tercer ejercicio de concentración, imagine una taza giratoria dentro de su cuerpo. Con tan solo un único movimiento de su cuerpo consigue mover la taza antes de que el propio cuerpo se mueva. Distribuya uniformemente su peso en ambos pies. Visualice la manera como la taza se desliza lentamente hacia abajo desde el centro de su cuerpo hasta el pie derecho. Simultáneamente, coloque mentalmente su peso en su pierna derecha hasta que su pie izquierdo suba ligeramente. Imagine la taza giratoria regresando lentamente hasta el centro de su cuerpo. Repita este ejercicio utilizando el otro pie. Termine el ejercicio concentrándose en la taza en la zona de la barriga. Coloque sus manos en el ombligo y haga movimientos de rotación en el estómago.

Cualquier persona puede beneficiarse de la práctica del Chi Kung, ya sea para reducir el nivel de estrés, recuperar el equilibrio o mejorar la calidad de vida. Existen varios ejercicios y métodos adicionales que puede probar. Para saber más sobre el Chi Kung, busque siempre profesores certificados. Y, como siempre, consulte su médico antes de iniciar cualquier programa de ejercicios.